M.U.J.E.R
- Gengibr3
- 29 sept 2016
- 3 Min. de lectura

Busco una mujer con la forma perfecta según su contenido como lo tiene que ser una copa para catar un buen vino, y darme el gusto de apreciarle al ver su color, brillo y limpieza sin importar sus años de añejamiento es la mismísima perfección acercar mi nariz a sus cabellos poder encontrar sus notas primarias, segundarías y terciarias, teniendo así las notas de su bouquet ,una dama a la que no pueda quitarle los ojos de encima porque encuentro placer en verle a cualquier hora del día, con ropa o sin ella, una mujer que me ponga el corazón blandito como el pan y dulce como un turrón, una que me ponga las rodillas como gelatina de limón, aquella mujer que me den ganas de acercarme por detrás y abrazarla mientras hace sus cosas ,que haga que mis manos se torne inquietas y sudorosas al tenerla frente a mí, una que me provoque besarla despacito, dándole pequeños mordiscos mientras sus besos se funden en mi paladar y en mis papilas gustativas como un chocolate de Pierre Marcolini dejándome así en el retrogusto su sabor, una mujer a la que me den ganas de hacerle el amor como en un ritual religioso antiguo cuidando cada detalle, una fémina que haga que mis manos quieran tocarle como el mismísimo Mischa Elman hizo con su violín con la delicadeza y precisión necesaria para no arruinar sus curdas con un mal movimiento, una joven que al pasar junto a mí me haga sonreír mientras me deleito con sus notas primarias que duran solo 15 minutos en la atmosfera, luego me haga querer buscarla entre la multitud siguiendo la particular fragancia que ha dejado como rastro, para luego hablarle con cualquier pretexto solo para olfatear por las siguientes dos horas sus notas medias, dando paso a sus notas bases haciendo llorar mi olfato al permitirme tan grandioso placer pues en su piel esconde la fragancia más glamurosa del mundo algo así como inhalar por 6 horas seguidas la fragancia más exquisita que hasta el mismo Pierre Wertheimer se siente celoso de no haberla creado y Jean-Baptiste Grenouille la busque desesperadamente por las calles de parís, quiero encontrar una doncella como la que convirtió un músico en escritor y poeta como Ludwig Van Beethoven con su amada inmortal y a Vincent van Gogh amputarse el lóbulo de la oreja izquierda para obsequiárselo a Rachel, una con la piel tan suave que mis mejilla no quieran dejar de rozarla algo así como la piel de un damasco español, una con dos peces mandarín como ojos en sus cuencas ,y que esconda en ellos una mirada penetrante como la mirada de Gharbat Gula, una que me quite la Agateofobia y me alivie de la sedatephobia con su presencia, una que me haga sentir la misma alegría que siento al morder un eclair de chocolate rellena de crema pastelera, una mujer con una voz soprano como la de Maria Casallas o Monserrat Caballé que pueda con una sola palabras hacer estallar mi corazón en mil pedazos como un cristal con su frecuencia de resonancia, una mujer sin Photoshop y cirugías plásticas, una que me vuelva cursi como el ojala de Silvio Rodríguez y una rima de Gustavo Adolfo Bécquer, que me haga sentir constantemente el temor pero enamorarme de sus ojos sacros y terminar convertida en piedra por querer ver fijamente a los ojos a la mitológica Medusa, una mujer que me haga filosofar con el mismísimo platón y su teoría del amor platónico, esa mujer que me haga pensar que encontré la otra parte que Zeus separo de mí en la antigüedad el olimpo, una mujer que me haga querer hacerle el amor a sus arrugas, una que haga que mis palabras me produzcan asfixia chocándose entre ellas y mi tráquea, mientras tanto te esperare en el puente del amor en parís a media noche aun sabiendo que no vendrás querida Dulcinea del Toboso, mientras tomo un café más oscuro y amargo que esta realidad sin hallarte, mientras me trago a sorbos mi vida con un turrón de azúcar sin disolver.
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