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LA NIÑA CON EL RELOJ DE AGUA

  • Gengibr3
  • 29 sept 2016
  • 4 Min. de lectura

Aquel ser inefable de 6 años de edad,me obsequia una sonrisa inmarcesible a lo lejos de la época en que vivía en una constante iridecencia,entrelazada con mi irremediable limerencia fruto de mis demostraciones algo apresuradas pues aun no sabia cuantos años tenían sus ojos,ni a que sabia la vida de aquel ser en una tarde nublada y gris mientras la soledad le abraza y le canta una canción para soñar. se sienta el ser etéreo como de costumbre a conversar con el silencio mientras observa a satanás crecer entre un mundo hostil pretendiendo protegerse del frió y cortante paso de la vida con sus espinitas,en día nublado, mientras observa el cielito con atención en la aurora esperando lograr ver un arrebol antes de que llegue el día mas feliz de su vida para irse a el infinito y no regresar jamas,a no ser en forma de gato para encontrarnos en la hora indicada después de haber vivido 666 vidas para cambiar de muerte solo por hoy,cuando le vuelvo a rozar los poros con mis manos,que lloran en sudor mientras escuchan de nuevo mi nombre en sus labios que expiden ruiditos melifluos a mis oídos y mis pupilas en honor a su luminiscencia se abren para darle la bienvenida a mis recuerdos cuidando que no queden velados por tanta luz para poder recordarlos cuando ya todo sea un efímero olvido involuntario producido por la edad y dejados en las bancas de los parque donde te espere en los columpios mientras madurabas y te arrepentías de hacerlo,me sonríe mientras contempla con desdén el paso del tiempo efímero que cuelga de su muñeca en un reloj de carton dibujado con crayolas mientras me hace saber que he llegado tarde,para hacer sonar un tambor en su corazon,tic toc,tic toc,haciendo el pulso algo efervescente en los días perdidos y reclamados como segundas oportunidades que no vuelven para que me deje quererle,mientras yo me dejo llevar por el destino que me lleva lejos y cerca de aquel ser mientras me siento afortunada por que le conservo como mi única serendipia encontrada en la oscuridad del mundo bajo,sobre y encima de mi, y así pues llega sin llamarlo para hacerle pasar este desenlace que logro con elocuencia su cometido sin ortografía que hace sangrar los ojos de aquella niña de 6 años con quien inicio y termino los agradecimientos de este libro y que lo escribi yo nadie para alguien que ahora lo lee,haciendo real la epifanía escondida en pensamientos nocturnos,nunca dichos a un cura en confesión que son los que me abrigan las noches en que me visita el sonambulismo y toca a mi puerta para que yo le abra la puerta y le invite a tomar café mientras ando por la vida totalmente a oscuras dando pasos y tratando de recordando por que sonreír? hasta que dejo caer la incandescencia de la vela que me guía por el camino menos transitado de todos,sobre mis pies y al mirar atrás recuerdo a Aquel ser inefable de 6 años de edad,me obsequia una sonrisa inmarcesible a lo lejos de la época en que vivía en una constante iridecencia,entrelazada con mi irremediable limerencia fruto de mis demostraciones algo apresuradas pues aun no sabia cuantos años tenían sus ojos,ni a que sabia la vida de aquel ser en una tarde nublada y gris mientras la soledad le abraza y le canta una canción para soñar. se sienta el ser etéreo como de costumbre a conversar con el silencio mientras observa a satanás crecer entre un mundo hostil pretendiendo protegerse del frió y cortante paso de la vida con sus espinitas,en día nublado, mientras observa el cielito con atención en la aurora esperando lograr ver un arrebol antes de que llegue el día mas feliz de su vida para irse a el infinito y no regresar jamas,a no ser en forma de gato para encontrarnos en la hora indicada después de haber vivido 666 vidas para cambiar de muerte solo por hoy,cuando le vuelvo a rozar los poros con mis manos,que lloran en sudor mientras escuchan de nuevo mi nombre en sus labios que expiden ruiditos melifluos a mis oídos y mis pupilas en honor a su luminiscencia se abren para darle la bienvenida a mis recuerdos cuidando que no queden velados por tanta luz para poder recordarlos cuando ya todo sea un efímero olvido involuntario producido por la edad y dejados en las bancas de los parque donde te espere en los columpios mientras madurabas y te arrepentías de hacerlo,me sonríe mientras contempla con desdén el paso del tiempo efímero que cuelga de su muñeca en un reloj de carton dibujado con crayolas mientras me hace saber que he llegado tarde,para hacer sonar un tambor en su corazon,tic toc,tic toc,haciendo el pulso algo efervescente en los días perdidos y reclamados como segundas oportunidades que no vuelven para que me deje quererle,mientras yo me dejo llevar por el destino que me lleva lejos y cerca de aquel ser mientras me siento afortunada por que le conservo como mi única serendipia encontrada en la oscuridad del mundo bajo,sobre y encima de mi, y así pues llega sin llamarlo para hacerle pasar este desenlace que logro con elocuencia su cometido sin ortografía que hace sangrar los ojos de aquella niña de 6 años con quien inicio y termino los agradecimientos de este libro y que lo escribi yo nadie para alguien que ahora lo lee,haciendo real la epifanía escondida en pensamientos nocturnos,nunca dichos a un cura en confesión que son los que me abrigan las noches en que me visita el sonambulismo y toca a mi puerta para que yo le abra la puerta y le invite a tomar café mientras ando por la vida totalmente a oscuras dando pasos y tratando de recordando por que sonreír? hasta que dejo caer la incandescencia de la vela que me guía por el camino menos transitado de todos,sobre mis pies y al mirar atrás recuerdo a ......


 
 
 

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